Para la mayoría de los jóvenes que tenemos
entre 15 y 25 años recordar nuestro país sin la crisis económica es muy difícil,
diría que imposible.
Dice Luis Toledo, estudiante del último curso
de Historia en la Universidad
Complutense de Madrid, que la tormenta financiera coincidió con su entrada en
la adolescencia y que “Hemos crecido sin
aspiraciones de futuro. Y sigo así: pese a haber logrado una beca pre doctoral
considerada de élite, cuando la termine tendré que irme al extranjero o dejar
la Universidad”. El ha sido capaz de comenzar a investigar sobre la futura
tesis que va a tener que presentar al finalizar su carrera: la juventud en la
Transición española, no la de hace 50 años, sino la que actualmente estamos
viviendo, porque aunque los políticos no lo quieran admitir, estamos en un
periodo transitorio.
No solamente se encuentran en una situación
crítica los jóvenes universitarios. Una vez acabado tus estudios llega un
problema de casi tanta relevancia: buscar piso. Elia hurtado participa en una
organización de defensa de los jóvenes inquilinos que buscar, al igual que
Toledo, arrancar mejoras en el sistema.
Todo esto es bastante contradictorio, dado que aunque los que estamos
peor laboralmente, económicamente y socialmente somos los jóvenes, ya no nos
movilizamos, ya apenas luchamos: a la vista de todos está puesto que hace
apenas dos semanas todas las mujeres de España salieron a al calle a
manifestarse por sus derechos… todas menos las menores de 30 años, quizás
porque ya estamos hartos de manifestarnos, quejarnos y mostrar pruebas de que
somos los grandes olvidados de este lugar que algunos llaman país.
FUENTE: EL PAÍS
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